Deseo que te arrodilles a mis botas. Ahora…muy bien...mmmmm. Voy conceder a tu silenciosa lengua el privilegio de lamer y limpiar el melodioso cuero negro de mis botas de montar con espuelas que apuntan hacia tu corazón.... Sigue…así…mmmmmmmmuy bien mmmmm.
¿Ves tu cara reflejada en mis botas?
Es el reflejo de tu destino esclavo.
Sencillamente genial. La fotografía y el texto.
ResponderEliminarSaludos respetuosos:
genitivo
Las botas que pisan el cuerpo inerme del afortunado sumiso.
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