Una mazmorra no es sólo un lugar físico. Es un estado del alma. Un alma vencida, encadenada, encapuchada y sin esperanzas de libertad.
Un lugar en el que permanecerás en silencio, con tus pensamientos llenos de Mí.
Y una noche te visitaré. Cuando te hayas olvidado de lo que fuiste. Y entonces, en la noche luminosa de tu alma sólo se escucharán mis tacones y tu respiración.